Un bono basura o también conocido como bono estructurado es un título de renta fija que cuenta con un riesgo alto de ser impagado y por tanto el tipo de interés que se paga también es mayor, es decir son títulos con baja calidad crediticia que pueden ser emitidos tanto por empresas como por el Estado, pero normalmente estos bonos basura son emitidos por entidades que no tienen muy buena reputación o que todavía son poco conocidas.
La capacidad de devolución de un bono basura es dudosa y se puede agravar debido a cambios en la situación económica.
El motivo por el que el tipo de interés es mayor en un bono basura, aparte de por su alto riesgo de impago, es para hacerlos más atractivos de cara a los inversores.
¿Quién da a un activo la calificación de bono basura?
La calificación de bono basura la realizan las agencias de calificación, principalmente Standard & Poors, Mody´s y Fitch, que asignan un valor crediticio a cada bono basándose en un análisis de probabilidad sobre la evolución de las empresas que emiten dicho bono.
No existen unas normas específicas para realizar que estas empresas realicen las calificaciones de los bonos, pero por regla general, las mejores calificaciones suelen tener la letra “A” y las peores la letra “B”.
¿Cuál es la situación actual de los bonos basura?
Según un artículo publicado por “El Economista” el año 2015 batió records en cuanto a empresas que han caído en la calificación de bonos basura. A estas empresas se las conoce como Fallen Angels o Ángeles Caídos y en este pasado año han llegado hasta 25, siendo el país que más ha caído Rusia, con un 64% de sus empresas con calificación de bono basura.
En el peor momento de la crisis, en el año 2009, estas empresas ascendieron hasta 70.
Como se observa en el gráfico, hasta el año 1996 la mayoría de empresas que recibían la calificación de bonos basura eran de EE.UU, pero a partir del año 1997 eso ha cambiado, cayendo también en esa calificación muchas empresas del resto del mundo.