Por deflación entendemos una caída de manera generalizada de los precios dentro de la economía de una país. Por tanto de este concepto excluimos aquellas bajadas de precios en un sector determinado o que se generen de forma puntual. Esta caída suele realizarse durante un periodo prolongado en el tiempo, según el Fondo Monetario Internacional ese periodo como mínimo será de dos semestres.
¿Cuándo se produce la deflación?
Este fenómeno económico puede generarse cuando en el mercado de oferta y demanda, la oferta de bienes y servicios es notoriamente superior a la cantidad demandada por los usuarios. Esto hace que los ofertantes se vean obligados a realizar una bajada en el precio de sus productos o servicios para conseguir vender su producción y no verse obligados a acumularlos en forma de stock.
Medidas para solucionar la deflación
Para solucionar la deflación se pueden establecer dos tipos de políticas, una monetaria y otra fiscal.
Política Monetaria: Con esta política se pretende disminuir el valor del dinero para solucionar la deflación. Para conseguirlo lo que se hace es poner una mayor cantidad de dinero en circulación dentro de una determinada economía, lo que genera una disminución de la tasa de interés. Al disminuir dicha tasa de interés ya no resulta tan atractivo mantener el dinero en las entidades financieras, lo que hará que se invierta y se consuma más, dando lugar a una reactivación de la demanda. Esto es algo que puede ser aprovechado por las empresas para conseguir financiación con el fin de expandirse.
Política Fiscal: Con el fin de conseguir un aumento de la demanda, lo que se hace establecer es una política fiscal expansiva, que se basa en tres principales medidas.
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Aumento del gasto público: Con el fin de incrementar la demanda procedente del sector público para suplir la falta de demanda por parte del sector privado.
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Reducción de los impuestos: Como forma de incentivar el consumo privado.
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Incremento de las transferencias: Este incremento de las transferencias se realiza con el fin de descentralizar el consumo público, ya que dichas transferencias van dirigidas a entidades descentralizadas como los municipios.
Consecuencias de la deflación
Aunque de manera general la deflación puede ser vista como algo positivo sobre todo para los consumidores, ya que supone una caída de los precios, esta idea cambia en el momento en el que se empieza a ver las consecuencias de una deflación muy prolongada en el tiempo. Ya que lo que se genera es un deterioro de los resultados empresariales, que a su vez implica recortes de inversión en los bienes de equipo y recortes en plantilla generando despidos. Fruto de los despidos incrementa el desempleo y esto hace que los consumidores dispongan de una menor renta para gastar y por tanto la demanda en general disminuya de nuevo. Por lo tanto se genera un círculo vicioso en el que sigue produciéndose esa disminución de la demanda y ese exceso de oferta que hace que los precios caigan.
En el siguiente esquema se puede entender perfectamente el círculo vicioso de la deflación.