A la hora de decidirse por un tipo de inversión específica hay que tener en cuenta varios factores, donde los principales son el riesgo y la rentabilidad, pero también entran en juego otros como el prestigio del activo en el que se invierta, el periodo de tiempo etc. Para ciertos inversores lo que determinará la opción de invertir en un determinado activo o en otro será la rentabilidad esperada.
¿Qué entendemos por rentabilidad esperada?
Cuando hablamos de rentabilidad esperada nos referimos a la rentabilidad que un inversor espera obtener de cara al futuro respecto de una determinada inversión que ha realizado, la rentabilidad real puede ser mayor o menor que la esperada en función de cómo se desarrollen los acontecimientos.
¿Cómo podemos calcular la rentabilidad esperada?
- A través de la rentabilidad esperada del VAN: Cuando hablamos de rentabilidad esperada una forma muy habitual de calcularla, en función del tipo de inversión eso sí, será a través de rentabilidad esperada del VAN cuyo significado es Valor Actual Neto y se trata de una método de valoración de inversiones aplicable a aquel tipo de inversiones donde existe algún parámetro o variable que resulta desconocido, por lo tanto lo que se determina es que ese parámetro desconocido se comporta de acuerdo a una variable aleatoria. Para ello lo que se hace es calcular el valor actual de los flujos de caja que puede generar una determinada inversión de cara al futuro.
- A través de la rentabilidad histórica: Se trata de otra forma de aproximar la rentabilidad esperada de grandes clases de activos a través de su historial de comportamiento. No obstante, si es cierto que se trata de un método menos fiable, ya que la volatilidad del valor de las acciones depende de muchos factores y variables internas y del entorno. El hecho de haber tenido un determinado comportamiento en cuanto a su rentabilidad no quiere decir que de cara al futuro se vaya a comportar exactamente igual, se trata de una estimación para tener una idea aproximada de su comportamiento futuro teniendo en cuenta variables del pasado y realizando hipótesis respecto a la rentabilidad esperada en el largo plazo. Debemos tener en cuenta en este caso que cuantos mayores sean los plazos del histórico que analicemos, más fiable será la aproximación realizada.
¿Qué es la rentabilidad mínima esperada?
Cuando hablamos de rentabilidad mínima esperada se refiere a la rentabilidad que como mínimo esperamos obtener cuando realizamos una inversión. Es decir, hacemos referencia a la suma de los flujos de una determinada inversión entre las variables que hacen referencia a una tasa de rentabilidad esperada para un rango probable y un periodo estimado. Para calcularla debemos de contar previamente con unos datos fiables ya que para aplicar la formula debemos conocer al menos dos factores; uno de ellos es R (tasa de rentabilidad de cada periodo) y el otro es P (la probabilidad de obtener dicha rentabilidad) y la formula a aplicar es la siguiente:
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