En el lenguaje común y para cualquier situación en la que haya de por medio el pago de una cantidad de dinero, podemos decir que el saldo vivo es la parte de esa determinada cantidad de dinero que aún está pendiente de pagar.
El término de saldo vivo se utiliza generalmente para referirnos a préstamos y deudas, ya sean préstamos personales, deuda pública, créditos hipotecarios, etc., por lo que en términos económicos, el saldo vivo o capital vivo, se puede definir como la parte que todavía está pendiente de amortizar en un momento determinado de la duración de un préstamo.
¿Cómo se obtiene el saldo vivo de un préstamo?
La obtención del saldo vivo de un préstamo se lleva a cabo teniendo en cuenta todas las amortizaciones pagadas hasta una fecha determinada, lo que nos indica la cantidad exacta que faltaría por pagar para saldar la totalidad del préstamo.
Saldo vivo hipotecario en España
En el ámbito donde más nos vamos a encontrar el término de saldo vivo es en los créditos hipotecarios, ya que muchas personas han tenido o tienen en este momento que pagar una hipoteca, por lo que estarán familiarizados con este término, ya que cuanto menor sea la cantidad de saldo vivo que queda por pagar, antes se podrá decir que se ha acabado de pagar la hipoteca, algo que en la mayoría de los casos conlleva muchos quebraderos de cabeza.
El saldo vivo del crédito hipotecario en España se sitúa en 678.261 millones de euros a principios del 2016, según datos de la Asociación Hipotecaria Española, produciéndose un descenso del 4,4% respecto al año anterior.
La gran mayoría del saldo vivo hipotecario se le debe a los bancos, con 617.336€, lo que nos indica la gran dependencia de los bancos que en este ámbito sigue existiendo en nuestro país.
El resto de este saldo vivo se sitúa en cooperativas de crédito con 52.710 millones de euros y en otras entidades financieras con 8.215 millones de euros.