¿En qué consiste el factoring sin responsabilidad?

Uno de los desafíos que afrontan las compañías y que causa pérdidas importantes de liquidez son las facturas sin pagar. Las empresas recurren a distintas estrategias como solución, entre las que destaca una que está cobrando gran popularidad. En esta ocasión, analizamos el factoring y sus dos tipos principales.

Factoring con responsabilidad

En primer lugar, tenemos el factoring con responsabilidad (también denominado con recurso). La empresa acreedora transmite la deuda a una entidad financiera, pero conservando el riesgo de impago. ¿Qué significa esto? Que ella es la que responderá si las facturas no llegan a cobrarse después del plazo establecido.

Por lo general, los intereses aplicados al adelanto del capital son más reducidos, así como los gastos derivados de gestionar el cobro. Esta es la ventaja por la que muchas corporaciones optan por esta modalidad, aunque conviene tener en cuenta las implicaciones legales que pueda tener la morosidad del cliente.

Factoring sin responsabilidad

Por otra parte, el factoring sin recurso o factoring sin responsabilidad conlleva el traspaso de la deuda, pero también del riesgo de impago. En otras palabras, este lo asume la entidad financiera. Por tanto, nunca reclamará a tu compañía el importe en caso de que el cliente no pague la factura, incluso si el plazo se agota.

Esta alternativa es idónea si no tienes certidumbre de que vayas a recibir el capital al que tenías derecho por la prestación de tus servicios. Evita que debas encarar el coste económico en nombre de un consumidor que no cumplió con el contrato inicial que había suscrito con tu empresa.

¿Cuál escoger?

Lo cierto es que ambas vías pueden ser idóneas para recuperar tu liquidez y diversificar los medios de cobro. Obtendrás el apoyo de una entidad especialista en la reclamación de facturas impagadas, con la fuerza negociadora que ello implica ante tu consumidor moroso. El inconveniente es la gestión del riesgo de impago, lo que nos lleva a dos preguntas:

  • ¿Dispones de un respaldo económico para devolver el capital si no logras cobrar la factura? En ese caso, puedes decantarte por el factoring con recurso para rebajar al mínimo los gastos asociados a este servicio.
  • ¿Estás atravesando un periodo de inestabilidad económica y es posible que tu cliente no te pague? Lo más recomendable es que apuestes por el factoring sin recurso para ganar en seguridad, tranquilidad y confianza.

En ambas situaciones, debes tener en cuenta los intereses que se impongan, que no deben ser excesivos. Nosotros, por ejemplo, aplicamos un margen que oscila entre el 3 y el 5 % para adaptarnos a las necesidades de las empresas. Comprendemos que requieren una solvencia económica que en este momento no tienen y disminuimos el porcentaje más que otras entidades.

En definitiva, el balance del factoring nos ha permitido acercarnos a la realidad de numerosas compañías, como puede ser la tuya. Desde MytripleA te invitamos a contactarnos para que conozcas nuestras propuestas. Confiamos plenamente en el potencial de la financiación alternativa para devolverte la estabilidad económica que precisas. ¡Consúltanos sin compromiso!

Alba Garcia

Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp
Email