¿Quieres saber las principales características de los métodos de amortización y cuál es el más adecuado para tu empresa? Te lo contamos en este post.
Métodos de amortización
Antes de describir con detalle los distintos métodos, es importante que dispongas de algo de información sobre los tipos. En este sentido, puedes amortizar un activo o un pasivo. El primer caso se produce al comprar un bien material, el cual se va amortizando con el uso. El segundo tiene lugar cuando se pide un préstamo y se va pagando gradualmente.
Existen 4 métodos de amortización. Recuerda que cada uno de ellos conlleva variaciones tanto en las cuotas como en el importe total a pagar.
Francés o de cuotas constantes
Quizás lo conozcas, ya que es el más habitual en nuestro país. Las cuotas siempre son iguales durante todo el periodo de amortización del préstamo. Por el contrario, los intereses que se generan van reduciéndose porque se aplican al capital pendiente de devolver.
Esta opción es recomendable para aquellos que desean cierta estabilidad financiera, ya que las cuotas son siempre iguales y la planificación es fácil de cumplir.
Americano
En este caso, son los intereses los que se pagan con una periodicidad determinada. El capital se abona íntegramente en una sola operación al vencimiento del periodo acordado. Por lo tanto, aquí debes tener claro que, al final del plazo, tendrás que ingresar la totalidad del capital a amortizar. Este método requiere un buen nivel de previsión y capacidad de ahorro. Es aconsejable para aquellos que tengan cierta seguridad en la generación de ingresos.
Constante o italiano
En este sistema tienes que pagar cuotas fijas, aunque el interés va disminuyendo a medida que lo hace el capital pendiente de pago. Por eso, cada vez pagas menos intereses y amortizas más capital. Es otra opción válida para los buenos planificadores. Así saben que pagarán lo mismo siempre, aunque las cantidades de los intereses y la amortización de capital varíen.
De cuotas crecientes o decrecientes
Implica el pago de unas cuotas que van creciendo o decreciendo de forma progresiva. Puedes elegir este método si sabes que vas a disponer cada vez de más dinero o si, por el contrario, prefieres ir paulatinamente abonando menos cantidad. De nuevo, es importante que cuentes con cierta seguridad financiera si te vas a decantar por esta alternativa.
Si tienes pendientes facturas por cobrar y corres el riesgo de sufrir problemas de liquidez, quizás deberías escoger el método más conservador. En este sentido, cobra especial relevancia la relación entre factoring y amortización. Esto significa que puedes transmitir el derecho de cobro de dichas facturas a una entidad financiera a cambio de un adelanto inmediato del dinero.
De hecho, recurrir al anticipo de facturas y factoring puede resultar decisivo para la buena marcha de tu empresa. Por eso, recaba toda la información necesaria antes de tomar una decisión.
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