El descuento comercial es un medio de financiación para empresas que te puede interesar. Sin embargo, no lo confundas con el factoring o factoraje, ya que se diferencian en varios aspectos. Al entender qué los separa, no te costará elegir entre los dos según tu situación.
Descuento comercial
Es un medio de financiación destinado a cubrir pagos pendientes a corto plazo, algo que lo hace muy parecido al factoraje. Te permite hacer frente al resarcimiento de un título de crédito de una manera eficaz. El proceso empieza con la cesión del crédito a un tercero, que puede ser un banco o una empresa especializada. A cambio de la cesión de los derechos de cobro, recibes un anticipo del valor nominal menos los intereses de la operación y los gastos de gestión.
Al recurrir al descuento comercial, accedes a efectivo de manera rápida, todo un apoyo para mejorar el flujo de caja, por ejemplo. Además, te ayuda a financiar operaciones, pagar a proveedores o cubrir necesidades financieras urgentes.
La empresa a la que cedes los derechos de cobro sale ganando. El descuento representa una inversión que genera ingresos mediante la obtención de un beneficio al completar el pago del crédito. Eso sí, en caso de que se produzca un impago, tendrás que asumirlo.
Diferencias con el factoring
Una de las primeras diferencias que debes tener en cuenta es la cobertura del riesgo de impago. En el factoraje, la entidad que ofrece el servicio es la que asume los riesgos. Tu empresa quedaría libre de este problema en caso de que se diera. Sin embargo, en un descuento sería tu compañía la que tendría que hacerse cargo si el cliente no efectúa el pago.
Junto con la anterior, el descuento se soporta en un efecto comercial no vencido, como un recibo o un pagaré. Mientras que en el caso del factoring se aplica sobre una factura que está pendiente de cobro. Así que, se diferencian en el objeto que da inicio al proceso.
Además, el factoraje es un medio más flexible a la hora de recibir el anticipo. Es posible solicitar la entrega del 70 % de la cantidad total y dejar el resto para el vencimiento de la factura, por ejemplo. No obstante, en el descuento se abona el importe total del efecto comercial para descontar. Por tanto, es un mecanismo más rígido que el anterior.
¿Cuál escoger?
La elección depende, en gran medida, de las necesidades y circunstancias financieras de tu empresa. Si quieres mantener el control, el descuento comercial es una buena opción. También lo es si puedes asumir el riesgo de impago. En cuanto al factoraje, te permite externalizar el riesgo mencionado y ganas tanto en rapidez como en flexibilidad al recibir la liquidez.
Como has visto, el descuento comercial y el factoring se parecen, pero no son lo mismo. Cada uno te ofrece unas características que debes tener en cuenta a la hora de tomar decisiones. En cualquier caso, en MytripleA te ofrecemos las mejores condiciones. ¡Solicita ya el que necesites!